Si nuestro negocio no posee un servicio o producto que podamos distribuir de manera más global, estas técnicas que nos ayudan a geolocalizar nuestros resultados en las búsquedas, se convierten en algo casi indispensable para la salud comercial del mismo.

Y, como ya expliqué en el punto anterior, nos favorece ese componente geográfico y de cercanía al usuario que está realizando una búsqueda…  al momento de competir por los primeros puestos con otros resultados.

Sin olvidarnos de que también nos hacemos más visibles en Google maps.

Además, figurar en los primeros resultados de Google da una imagen de profesionalidad incomparable en comparación con los que aparecen por debajo.

Y si no, prestemos atención al siguiente dato:

Alrededor de un 50% de los clics que los usuarios hacen tras una búsqueda son realizados en el primer enlace de los resultados orgánicos, es decir, aquellos cuya posición se produce de forma natural en función de la indexación que los robots de Google consideran que merece una determinada página.

Como dijimos anteriormente, los beneficios del posicionamiento local son evidentes, según los datos procedentes de un estudio realizado hace un par de años:

El 71% de los clics los reciben los 3 primeros resultados de la página del buscador en una determinada búsqueda, mientras que todo el resto de ellos debe conformarse con repartir el 29% restante.

Hoy en día, el posicionamiento web no solo es necesario para ser capaces de competir en un mercado saturado, sino que contribuye enormemente a la creación de la imagen de marca de nuestra empresa en la ciudad o lugar donde residen sus principales clientes.